Danny Ainge, y con él todo el frontoffice de los Boston Celtics, llevan uno de los veranos más ajetreados de la NBA. Tras el traspaso del pick número uno del pasado draft y la firma del mejor agente libre en el mercado, Gordon Hayward, hay una serie de movimientos perfectamente coordinados que han acabado con una remodelación del 60 % de la plantilla que hace apenas unas semanas estaba disputando las Finales de la Conferencia Este.

Como resumen de lo acaecido durante el último mes, o casi mejor en los últimos cuatro años, sirva como muestra ese botón que dice que ahora mismo el jugador que más tiempo lleva vistiendo la camiseta de los Orgullosos Verdes es Marcus Smart, elegido en la sexta posición del NBA Draft 2014. Hace tres años. Una auténtica locura.

Pero que Marcus Smart, afrontando su tercera temporada en la NBA, sea el capitán de facto de los Boston Celtics no solo significa que aquellos que acusan a Danny Ainge de no moverse deberían estar trabajando para la O.N.C.E., sino que también quiere decir que el base de origen texano acabará contrato el verano que viene y podría salir gratis si el General Manager de la franquicia desde 2003 no empieza a moverse rápido.

 

¿Qué opciones tiene Danny Ainge sobre la mesa?

 

Extensión de contrato: hasta el día 31 de Octubre, los Boston Celtics tienen la opción de extender el contrato de Marcus Smart. Además, dicha extensión, pese a firmarse este año, no entraría en los libros de cuentas de Mike Zarren hasta la temporada 2018/19; cuando se haría efectivo el nuevo acuerdo.

Esto evitaría que el grupo inversor que controla la franquicia y del que Wyc Grousbech es la cara visible, tuviera que pagar impuesto de lujo durante esta temporada; pero, salvo movimientos que solo se entenderían desde el punto de vista económico, tendrían que sacrificar una parte de su 50 % el verano que viene para abonar los honorarios del base.

Qualifying offer: esta solo se podría firmar una vez acabado el curso 2017/18 y permitiría a la franquicia tener el derecho de igualar cualquier oferta que llegase desde otra franquicia una vez se acabe su contrato. Los riesgos son evidentes, y si usted, querido lector, no sabe cuáles son, solo tiene que repasar lo que ha pasado con Otto Porter y los Brooklyn Nets. Las dos alternativas son malas: o bien acabas perdiendo gratis a un jugador fundamental en tu rotación y que encima fue un pick de primera ronda muy alto, o bien sobrepagas a un base que a día de hoy no merece ese contratazo.

No solo es que no se lo merezca, lo cual es más o menos discutible, sino que firmar un contrato muy elevado a Marcus Smart además te prohibiría mantener a Isaiah Thomas en la franquicia. The King in The Fourth lleva dos temporadas y media cobrando una cuarta parte de lo que merece por su rendimiento en pista, y ha repetido hasta la saciedad que quiere un contrato acorde a ese rendimiento. Pagando ya en torno a los 60 millones por el frontcourt, arriesgarse a que los Nets de turno marquen el precio de Smart podría suponer que los Boston Celtics acaben gastando el 100 % de su espacio salarial en el quinteto titular (Isaiah Thomas 25, Marcus Smart 15, Jae Crowder 7, Gordon Hayward 29, Al Horford 29).

Danny Ainge es un apostador, eso lo sabemos todos. Pero los márgenes de beneficios en este caso son muy, muy estrechos.

Traspaso: en caso de que los Boston Celtics no quieran firmar ahora una extensión a Marcus Smart para mantener su tan apreciada flexibilidad económica durante el próximo verano, pero tampoco quieren que se acabe marchando gratis, solo queda una vía disponible. La del traspaso.

El principal problema en traspasar a un jugador al que solo le queda un año de contrato, por muy restringida que sea su Agencia Libre, es que nadie te va a pagar su precio. Pero el problema solo hace que acrecentarse cuando el jugador en cuestión es Marcus Smart. No solo es que las franquicias no vayan a pagarte lo que vale, es que en el 99 % de los casos, el valor que le van a dar a Marcus Smart fuera de Massachusetts disminuirá con cada milla que se alejen de Nueva Inglaterra. Son unas negociaciones que Danny Ainge tiene perdidas antes de empezardas: mientras él trataría de subir el precio explicando cosas tan poco fáciles de apreciar como los intangibles, los General Managers contrarios solo verían un 28.4 % en triples durante su carrera.

Realmente, las opciones de Ainge se resumen en ofrecerle una extensión, perderle gratis, o firmar un mal traspaso. Y ya sabemos lo poco amigo que es el ex-escolta de las dos últimas.

 

Firmar una extensión es la opción más lógica

 

Se mire desde la óptica que se mire, firmar una extensión a Marcus Smart antes del 31 de Octubre es lo mejor que pueden hacer los Boston Celtics; siempre y cuando jugador y agente acepten – Jared Sullinger ya la rechazó en su día, en una decisión por la que debe seguir escupiendo a su agente cada mañana.

Ahora mismo, el frontoffice verde tiene ventaja en las negociaciones con el jugador. Y por ello podrían, y deberían, lograr una extensión más favorable para ellos que para el base. Le están ofreciendo un puesto de titular en un equipo que aspira a disputar las Finales de la NBA, con un entrenador que lleva tres años confiando en él para cerrar los partidos, y a un estilo que se adapta como anillo al dedo a su juego.

Marcus Smart no es solo un buen base organizador con una defensa de élite para la NBA. Es además el complemento perfecto para Isaiah Thomas, razón por la cual era más común verle cerrar los partidos que al propio Avery Bradley, o llegando incluso a hacerlo en la posición de alero. Si todos estamos de acuerdo que The King in The Fourth es la piedra sobre la que está edificada esta orgullosa iglesia, con sus virtudes (uno de los mejores anotadores de la NBA, excelente en el juego off-ball, infravalorada visión de juego…) y sus defectos (defensa y rebote); pensar en su complemento ideal es hablar de un jugador poderoso físicamente, que pueda cubrir sus lagunas en defensa y rebote, y que sea capaz de cargar con el peso organizador del equipo, para que Thomas se limite a ejecutar.

Eso es La Cobra (apodo que no me acaba de convencer, pero a día de hoy el único disponiblle sin escribir palabras de dudoso gusto ni referencia a las gónadas masculinas), uno de los defensores más versátiles de la NBA, excelente reboteador para su posición, buen organizador y un pasador muy infravalorado. Sí, Jaylen Brown jugó muy bien al lado de Isaiah Thomas durante la lesión de Avery Bradley, y la llegada de Gordon Hayward cubre a la prefección la mayor tara del sophomore (sumanejo), pero la inclusión de Marcus Smart como titular permitiría a Brad Stevens tener un quinteto en el que hasta cuatro jugadores podrían cambiar de jugador en defensa sin que el sistema se resienta, otros cuatro son anotadores de plena confianza, y todos saben manejar y pasar el balón.

Danny Ainge no le estaría dando un contrato a la baja (ahora hablaraemos de cuál debería ser la suma final) a Smart, le estaría brindando la oportunidad de crecer en el mejor ambiente y escaparate posible, para ir a por todas en su siguiente Agencia Libre. «Te estoy dando cuatro años como titular en un equipo contender, tú sabrás si confías en ti lo suficiente como para volver a sentarte en esta mesa en 2022 siendo uno de los tres mejores jugadores del equipo y pedir 120 kilos por 5 años en lugar de un 60×4 ahora».

Consciente de que compañeros como Avery Bradley y Jae Crowder ya lo aceptaron en su momento y ahora mismo hay una veintena de equipos dispuestos a doblarles el sueldo en el momento que sean Agentes Libres, es muy difícil que Marcus Smart rechace la oferta. Más que nada, porque si es él el que dice no, los planes del equipo podrían ser dar el puesto de titular por el jugador que controlan durante un mayor número de años, Jaylen Brown, lo que dejaría al texano teniendo que ganarse un contrato saliendo desde el banquillo y con un estilo de juego que solo es apreciado en Boston… y en Detroit.

 

¿Cuánto debe cobrar Marcus Smart?

 

A día de hoy, Marcus Smart viene de firmar su mejor temporada estadísticamente hablando con 10.6 puntos y 4.6 asistencias de media en los 79 partidos disputados – titular en 26. Como ya hemos dicho anteriormente, su defensa y capacidad reboteadora se encuentran dentro de la élite en la NBA. Pero son dos cualidades que se pagan muy, muy poco en la NBA. Sirva como ejemplo un Tony Allen que nunca ha cobrado más de 5.5 millones de dólares al año, y eso serían unos 8/9 millones dentro del nuevo convenio.

El problema reside en su ataque.

Sí, es cierto que su aportación ofensiva parece estar limitada a una buena organización y aprovechamiento de situaciones de pick and roll y al poste… También que ha lanzado 842 triples en la NBA y tiene, literalmente hablando, el peor porcentaje de la historia entre todos los que lanzan al menos 4 triples por partido (29.1 %). Todos los expertos dicen que se necesitan lanzar 750 triples para saber qué clase de tirador eres, y si eso es cierto, Marcus Smart es el peor de todos los tiempos. Por cada Jason Kidd o Kyle Lowry que ha sido capaz de revertir esta situación en la segunda mitad de su carrera, hay 200 Dwyane Wade o Tony Allen que nunca lo lograron

Pero también lo es que sus números crecen en Playoffs (lanzó al 39.1 % de tres en el mismo número de intentos por partido), y algo muy importante de lo que apenas se habla: sus problemas de tiro no afectan al sistema ofensivo de Brad Stevens, porque Marcus Smart no deja de tirar. Flotarle y cerrar otros caminos no es efectivo con él… porque lejos de seguir manejando hasta buscar otra puerta, va a seguir lanzando. Y, como dijo un entreador anónimo a Kevin O´Connor: «no puedes dejarle hacer porque aunque falle los dos primeros, sigue tirando y es un jugador que entra en rachas y se le calienta la muñeca».

El paso adelante que ha dado en las tres post-temporadas que ha disputado, así como los prometedores aunque pequeños indicios de mejora que está dando su tiro – gran aumento de acierto desde la línea de personal (en tres años ha pasado de un 64 a un 86 %), tiro con mayor arco y, sobre todo, mejor selección de tiro (ha sido capaz de lanzar más de un 22.6 % de sus tiros desde donde mejor lanza: la esquina derecha con su 41.9 %), podrían merecer una apuesta de dos/tres millones adicionales. En total, la extensión ideal para los Boston Celtics y un poco por debajo del valor de mercado de Marcus Smart estaría entre el 4×40 y el 4×48.

 

 

Fuente: Foto Keith Allison (CC)