Los Boston Celtics están deseando irse a Londres. Como ya sabréis, la ciudad «europea» acogerá el derbi de procesos de la NBA el 11 de enero de 2018, día en el que Boston Celtics y Philadelphia 76ers enseñarán en directo, al público del viejo continente, el resultado de tanto esfuerzo acumulando picks.
El equipo de Massachusetts no es que tenga muchas ganas de tirarse medio día en un avión, pero es preferible tener que soportar los pies de Baynes asomando por el pasillo, que seguir en Estados Unidos soportando lo que están teniendo que soportar. Y es que el mes de Diciembre está siendo una despedida de año nada placentera para unos Boston Celtics que, poco a poco, se están quedando sin piernas.
Los jugadores no están sufriendo maratones a lo Thibodeu, ni muchos más partidos que sus rivales en total (pese a ser el equipo que más ha disputado), pero si comparamos los calendarios de toda la NBA, podemos comprobar que un patrón se vuelve común si fijas tu atención en el equipo de Brad Stevens: los Boston Celtics descansan menos que sus rivales.
Lunes 18 de diciembre de 2017, Boston Celtics vs Indiana Pacers. Mientras el equipo comandado por un espectacular Oladipo llegaba a esta fecha con 9 partidos en los últimos 18 días, y tras jugar la noche anterior contra los Nets, los verdes se vestían de corto por décima vez en lo que iba de mes, solo un partido más que su rival, pero tras jugar 6 partidos, incluidos dos back to back, en la última semana.
En total solo 48 minutos más de acción, pero con mucho menos tiempo de recuperación entre partido y partido, algo habitual en lo que va de temporada. Debido al encuentro que se jugará en Londres, los Boston Celtics han visto su calendario congestionado en muy pocas fechas, siendo de los equipos que menos días de descanso está teniendo.
Podemos observar como los Boston Celtics, en total, jugarán esta temporada 40 veces tras 1 día de descanso, 13 tras 2 días de descanso y solamente 5 con más de 3 días de descanso. Sus rivales, por el contrario, gozan de un calendario más relajado, disputando de media solamente 28 partidos tras 1 día de descanso, 24 tras 2 días y 8 tras más de 3 días sin jugar.
Los efectos de tal acumulación de minutos se están viendo reflejados en un equipo que comienza los partidos como un tiro, pero que tras el descanso, y sin poder ponerle remedio, sufre un bajón terrible que aprovechan sus rivales para superarles sin demasiado problema (y sin que el banquillo salve los muebles).
Los Boston Celtics tiene un estilo mucho más directo que el curso pasado, dependiente de explosiones individuales, penetraciones y acciones que consigan generar ventajas en aclarado o tras muy pocos pases. Los inicios de partido suelen ser apacibles, con los jugadores frescos, el equipo consigue ejecutar el plan diseñado sin muchos problemas.
El balón se mueve algo más en estos momentos del partido. Valiéndose de un par de bloqueos, mediando Irving y Horford en la gran mayoría de ellos, los Celtics consiguen atraer a tres rivales a la jugada, pudiendo doblar el balón a compañeros abiertos que empiezan a «leer y reaccionar» una vez conseguida la ventaja. También podemos observar que existe más movimiento sin balón (cortes hacia canasta, bloqueos indirectos…), aunque tampoco demasiado.
Tras comienzos aplastantes si acompaña el acierto, los Boston Celtics se desinflan cuando las piernas no consiguen seguir al cerebro. Los jugadores empiezan a desaparecer en ataque, optando por jugadas de aclarado de forma constante, sin movimiento off ball y con menos lectura y búsqueda de buenos tiros. La entrada de suplentes arregla un poco la circulación, sobretodo debido a que necesitan moverse más para conseguir tiros efectivos.
En cuanto el cansancio llega, los Celtics se apoyan en generar puntos vía talento individual, dejando mucho espacio a Irving para trabajar. Esta es una manera de evitar pérdidas de balón, que llegarían debido a que a los jugadores les costaría más interpretar la jugada correcta. La defensa también ve mermada su influencia, cediendo segundas oportunidades, no llegando a las ayudas y no pudiendo alcanzar el nivel físico al que llegan sus rivales.
Los partidos se siguen ganando porque los jugadores están sabiendo responder de manera increíble en los últimos cuartos, sacando fuerzas de flaqueza para no desaprovechar lo generado en los primeros compases de los partidos.
El 6 de enero es el último partido antes del viaje a Londres, 5 días después jugarán contra los 76ers, y no volverán a jugar otro partido hasta el día 16. Los Celtics están deseando que lleguen las vacaciones, hacer las maletas, irse a casa de mamá patria, comer su típica comida India y descansar mientras visitan la capital. La primera parte de la temporada se les está haciendo muy cuesta arriba, pero tras el viaje, el calendario se normaliza y esperemos que el equipo pueda tomar aire.
Fuente: Foto Slamonline