Hace apenas un mes desde que la NBA decidiese comenzar este experimento de la burbuja en el que aquellos equipos ya clasificados o con opciones de colarse en Playoffs viajaban hasta Walt Disney World para finalizar la temporada 2019/20.

 

A nivel logístico, el experimento ha resultado ser todo un éxito y sin duda servirá como ejemplo para toda aquella competición deportiva que quiera celebrarse en condiciones totalmente seguras; en el hipotético caso que la pandemia causada por el COVID-19 no consiga ser controlada en un futuro próximo.

Sin embargo, durante la pasada madrugada tuvo lugar un hecho histórico que ha hecho que peligren no solo las jornadas de ayer y hoy, sino que la presente temporada podría concluir cuando los Playoffs apenas habían llegado a las Semifinales de Conferencia.

A las 22:00, hora española, estaba programado el quinto encuentro en la serie entre los Milwaukee Bucks y los Orlando Magic, partido que nunca llegó a disputarse dado que los jugadores del primer equipo acordaron no presentarse, en una decisión que fue apoyada por su rival, como señal de protesta ante el último caso de violencia policial hacia un ciudadano afroamericano.

El pasado 24 de agosto, Jacob Blake fue disparado por la espalda hasta en siete ocasiones por un oficial de policía ante la mirada de sus hijos… y de una cámara que grabó las imágenes que han recorrido el mundo desde entonces. Tras el incidente, que milagrosamente no acabó con la vida del joven de 29 años, numerosos jugadores expresaron su disgusto por tener que estar encerrados en Orlando jugando al baloncesto cuando cosas mucho más importantes estaban pasando a lo largo y ancho de su país.

Sin embargo, la jornada del domingo 25 de agosto se disputó con relativa normalidad, pese a que continuamente salían rumores sobre la incomodidad de unos jugadores que se entendían cómplices de un sistema en el que sus familiares, amigos y vecinos son asesinados cada día por aquellos que deberían protegerles mientras el grueso de la sociedad mira hacia otro lado.

Por desgracia, durante las protestas celebradas en Wisconsin a causa del intento de asesinato de Jacob Blake, un joven de diecisiete años armado con un rifle de asalto – arma que hasta en un país como EEUU no es legal que porte – abrió fuego contra los manifestantes; matando a dos de ellos. Ante la estupefacción de los allí presentes, que gritaban a la policía que había sido él el causante de los asesinatos, el menor pudo irse tranquilamente, pasando ante unos agentes que ni siquiera le detuvieron.

El agravio comparativo es tan flagrante como asqueroso. EEUU es un país en el que si eres blanco puedes abrir fuego con un arma de asalto y asesinar a dos personas sin que siquiera te detengan mientra que una persona afroamericana puede ser acribillada a tiros delante de sus propios hijos por el simple hecho de dar la espalda a un agente.

Como hemos dicho anteriormente, los hechos tuvieron lugar en el estado de Wisconsin, en el que se enclava Miwaukee, hogar de los Bucks; primer equipo en plantarse tras una semana en la que los jugadores de todos los equipos se han estado reuniendo para discernir cuál es la mejor manera de utilizar su plataforma.

Algo que ya sucedió el pasado mes de junio.

 

Dar un altavoz a aquellos que apenas tienen voz

A pesar del éxito que estaba siendo la «burbuja«, esta no comenzó sin dificultades. Desde el mismo momento en el que la NBA presentó su proyecto para finalizar la temporada a franquicias y jugadores, estos mostraron sus dudas sobre si acudir o no a la misma.

EEUU está sumida en la mayor crisis racial desde el año 1992. El asesinato de George Floyd el pasado el 25 de mayo de 2020 a manos de un agente de policía que le asfixió durante más de ocho minutos apoyando la rodilla sobre su cuello ante la indiferente mirada de hasta otros cuatro compañeros desató una serie de protestas alrededor de todo el mundo.

La totalidad de jugadores mostraron su apoyo a dichas protestas, llegando algunos no solo a participar en ellas sino incluso a organizarlas – tal fue el caso de Jaylen Brown y Malcom Brogdon, por mencionar solo los casos que más cerca nos tocan en este espacio. Durante las siguientes semanas, dejaron de ser jugadores para ser activistas, utilizando la plataforma y el altavoz que les daba su profesión para poner el foco en una reivindicación contra el racismo sistémico que infecta las instituciones y la sociedad estadounidense… pero entonces llegó la burbuja.

Lógicamente, pese al deseo que todos y cada uno tenemos de que nuestras vidas, o al menos nuestras rutinas, vuelvan al punto en el que estaban antes de comenzar esta pesadilla que es la pandemia, los jugadores expresaron su temor a que la vuelta de la competición no solo les privara de sus altavoces sino que sirviera como distracción en un momento en el que consideraban que todo el foco debería estar puesto en las protestas.

Finalmente, tras la palabra de la NBA de que los jugadores tendrían toda la libertad para usar su plataforma para lo que creyeran conveniente durante los tres meses que se irían a Orlando – así como alguna medida de maquillaje como el lema «Black Lives Matters» presente en la pista y la posibilidad de mostrar ciertos mensajes en la camiseta – estos accedieron a desplazarse a Walt Disney World y finalizar la temporada.

 

Nada cambia si no haces nada distinto

En este contexto es comprensible la decepción y rabia de los jugadores tras los acontecimientos de esta semana: nada de lo que han hecho durante el pasado mes ha servido para ayudar a mejorar una sociedad que por momentos parece enferma.

Según los primeros reportes, el germen de lo sucedido ayer tuvo lugar en una reunión entre los jugadores de los Boston Celtics y los Toronto Raptors, en la que jugadores como Marcus Smart, Jaylen Brown, Fred VanVleet o Norman Powel expresaron no tener ningún deseo de disputar las semifinales que deberían arrancar hoy.

En palabras de Van Vleet: «Estamos oprimidos y la responsabilidad de hacer un cambio para que esto de je de pasar recae sobre nosotros. A eso se reduce todo. ¿Vamos a hacer que todos rindan cuentas o simplemente pondremos el foco en las personas negras o los atletas o artistas negros y les preguntaremos cómo estás contribuyendo a tu comunidad? ¿Qué estás poniendo en juego?

“Tenemos que asumir la responsabilidad también. ¿A qué estamos dispuestos a renunciar? ¿Realmente nos importa una mierda lo que está pasando? ¿O simplemente es genial usar «Black Lives Matter» en un telón de fondo o llevar una camiseta? ¿Qué significa eso realmente? ¿Realmente está haciendo algo? Hoy no tengo las respuestas. Hablaré por mí mismo; Estoy en un lugar diferente hoy, emocionalmente hablando «.

 

¿Qué pasará a partir de ahora?

Aplazadas las jornadas de ayer y hoy, queda por saber si la NBA va a dar la temporada por concluida o la protesta se limitará a la no disputa de cierto número de partidos. Según las informaciones de Sams Charania, ayer hubo una votación entre los distintos equipos para discernir si se continuaba o no la temporada, votando todos en favor de terminarla salvo Los Angeles Clippers y Los Angeles Lakers.

 

De momento, todo parece estar sobre la mesa. De ser ciertas estas informaciones, cabe esperar que la cancelación de los partidos sea algo temporal y el curso se reanude una vez finalice la protesta; pero nunca se puede estar seguro sobre una decisión que se ha de tomar entre tantas personas.

Jaylen Brown, que con apenas 23 años se ha convertido en uno de los jugadores de la NBA más vocales y con menos miedo de expresar su opinión, al parecer se enfrentó con aquellos que querían abandonar la burbuja, preguntándoles si se querían ir para ser parte del cambio o solo porque están hartos de estar encerrados en Florida.

Esto solo es una muestra de que si bien los jugadores tienen claro qué es lo que quieren alcanzar, obviamente, no están aún seguros de cuál es la mejor manera de lograrlo.

 

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Esta es la tercera vez que se han pospuesto partidos de Playoffs en la NBA tras los disturbios en Los Ángeles, en 1992, a causa de la brutalidad policial sobre Rodney King, y 1968 tras el asesinato del Dr. Martin Luther King.

 

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Aclarar que esta no es una protesta de la NBA, es una protesta iniciada y llevada a cabo por los jugadores. Propietrarios, entrenadores y demás staff no sabían nada de la misma hasta una vez comenzada; aunque en comunicados y declaraciones posteriores todos los equipos han respaldado la iniciativa.