Los Boston Celtics están atravesando la parte más dura de su apretado calendario y nos disponemos a analizar cuáles son las alineaciones que permiten capear el temporal al conjunto de Brad Stevens, los problemas recurrentes y las posibles soluciones.


El año pasado el conjunto de Massachusetts vivía de la versatilidad que le proporcionaban (sobre todo en ofensiva) las alineaciones bajas: Thomas, Bradley, Smart, Crowder y Horford (la más utilizada de ellas).

Este quinteto producía un exorbitante offensive rating de 113.7 %, pero sufría sobremanera en el apartado rebotero. No obstante, era el núcleo de jugadores que le daba las ventajas al equipo y el que terminaba cerrando los partidos.

Los espacios que generaban en ataque abriéndole la zona pintada a Isaiah Thomas, y usando a Horford como playmaker desde posiciones alejadas del canasto, servían para que el equipo contrario no pudiese establecerse defensivamente en ningún momento por alto indice de movilidad de los bostonianos.

El motion offense fluía a la perfección con un Thomas que se devoraba el usage, pero desde la ejecución como finalizador y no acaparando la pelota, lo que permitía a los demás jugadores moverse constantemente para encontrar segundas oportunidades generadas por la atención que se llevaba el de Tacoma.

Este año las cosas han cambiado, el personal es distinto y los que están no son los de antes (Al Horford ha perdido peso y Jaylen Brown es titular) sumado a que Kyrie Irving genera mucho tras bote, la emergencia de Jayson Tatum (en el papel de Hayward) y el complemento de Aron Baynes.

La dinámica ofensiva no es la que se esperaba. La lesión de Gordon Hayward trastocó los planes originales, por lo que el equipo ha tenido que improvisar un ataque con Jayson Tatum y un Kyrie Irving con mayores responsabilidades de anotación de las que se preveían.

Si el año anterior las alienaciones más utilizadas se valían del movimiento de pelota y la apertura de los espacios en la pintura, ésta ha cambiado para generar desde una defensa más granítica y la captura del rebote defensivo para usufructuar el contragolpe (por lo menos en un principio).

El problema se presentó cuando el nivel de rebotes empezó a decaer desde la élite de la liga a lo profundo del averno. Ahí fue cuando se desnudó una falencia que ya se podía empezar a ver incipientemente en los primeros partidos del año: la carencia de juego en estacionado.

Los cinco mayormente utilizados siguen marcando la diferencia: Irving, Brown, Tatum, Horford y Baynes poseen un offensive rating de 108.4 y un descomunal 93.5 de defensive ratio. Esto NO ha pasado desapercibido a los equipos de la liga, que inmediatamente bajan su alineación provocando que los Celtics tengan que sacar del campo a Aron Baynes.

Cuando esto sucede comienzan las dificultades para los de Nueva Inglaterra:  Horford tiene que vérselas con el pivot de turno (su perdida de peso no ayuda en estas situaciones) y los niveles de movilidad defensiva son más altos, aumentando los cambios de marcación y, por decantación, el posicionamiento de jugadores “más bajos” en lugares cercanos al aro.

El contexto cambia drásticamente porque no se puede asegurar el rebote defensivo, no se corre la transición y los «orgullosos verdes» quedan expuestos a su pesadilla recurrente: generar juego en estacionado con una defensa establecida.

Estos pasajes de juego son siempre similares: jugadas de aclarado para Kyrie Irving, posesiones al poste a Al Horford, y con mucha suerte, la utilización del pick and roll (sobre todo con Smart al control) para sacar ventajas de los bloqueos del dominicano.

La carencia de movimiento de pelota hace que Kyrie Irving termine chocando ante múltiples defensores, y sumado a la nula movilidad de sus compañeros, la ofensiva decanta en un tiro imposible del base o pérdida de balón.

Esto ya lo hemos visto en el pasado. Si recordamos los primeros momentos de Isaiah Thomas en Boston podremos hacernos una idea de lo que hablamos. Thomas tenía las mismas dificultades por las que atraviesa Irving en este momento: forzando situaciones, perdiendo balones por botar excesivamente, no habilitando a sus compañeros abiertos tras el trap o el abuso indiscriminado del pick and roll.

 

 

La solución llegó cuando Stevens pudo tener su tiempo de práctica (del cual carecía en ese momento como ahora). Thomas empezó a ser utilizado mayormente en posiciones off ball y a reducir sus jugadas con pelota a determinadas ocasiones.

El juego del base se elevó a los cielos, y cuando a esto se le agregó un jugador con la capacidad de pase y lectura de Al Horford que, además, abría caminos en la pintura a sabiendas de su respetable tiro de tres puntos.

El nivel de los restantes complementos también subió porque podían encontrar espacios liberados por la atención que requería un Thomas que tomaba el balón en situación favorable para anotar. Si los caminos se cerraban, éste podía alimentar a Bradley o Crowder que atacaban los espacios por línea de fondo o en el lado débil de la defensa.

Si los Celtics modelo 2017/18 no pueden encontrar la solución al problema del rebote defensivo, van a tener que tomar las lecciones del pasado para generarse los puntos en estacionado.

Kyrie Irving es poseedor de un talento inigualable (hasta incluso superior al del mencionado Thomas) por lo que debe empezar a trabajar en ofensiva desde otro lugar para beneficio propio y de sus compañeros.

Las alineaciones bajas como vimos traen problemas a este equipo, pero pueden ser utilizadas de manera más dinámica y versátil si el movimiento de jugadores y pelota aumenta. Tuvimos una muestra directa en el último encuentro cuando vimos a un Irving más generoso y que involucró a sus compañeros en la ofensiva (tanto en el tercero como en el último cuarto)

 

 

Jayson Tatum llegó a la liga con la etiqueta de jugador de aclarados o ISO killer, pero para sorpresa de todos, incluso la mía, ha demostrado una pasmosa efectividad en situaciones off ball y en lectura de ventajas producidas en el lado débil de la defensa. Esto abre a Stevens oportunidades para recrear situaciones de motion offense utilizando a Kyrie como primera opción de finalizador, pero generando espacios para que Tatum pueda sacar ventajas de la atención producida por Kyrie.

Algo que vimos incipientemente en los primeros partidos fue a un Irving participando en el sistema como “bloqueador señuelo”: Kyrie produce un bloqueo para liberar un compañero, pero en realidad él es la verdadera opción, una vez ejecutada la cortina inmediatamente se posiciona como tirador pudiendo ejecutar libremente ante la confusión de la jugada. Este tipo de situaciones han dejado de ejecutarse, produciendo más estancamiento en la ofensiva.

El tiempo que los Celtics puedan practicar (tres partidos en dos semanas tras el 6 de enero) será fundamental para que Stevens haga los ajustes defensivos necesarios y, sobre todo, pueda poner en práctica varias de las situaciones que anteriormente nombramos.

El camino está claro, los aclarados tienen que ser acompañados de movimiento secundarios para que puedan tener mayor efectividad. La utilización de un Irving más como finalizador en situaciones off ball y la recuperación física tras este trajín de todo el plantel ayudarán al equipo a encontrar una regularidad de la carece en este momento. Solo queda confiar en la calidad e inteligencia de los jugadores y, sobre todo, en el trabajo de Brad Stevens.