Ha sido uno de los veranos más calientes de los últimos años en el despacho de Danny Ainge. Las decisiones tomadas por el General Manager fueron de un talante importante y no ausente de riesgos. Lo que está por venir determinará si han sido las correctas, pero por ahora todo es expectativa y ganas de ver los resultados de las mismas.

Un breve repaso a los acontecimientos vividos en los meses de temporada baja en Massachusetts, pueden darnos una idea del tamaño y riesgo del camino que se ha tomado desde el cuartel general comandado por el ex #44.

El traspaso de la elección número uno del Draft, el trade de Avery Bradley, el fichaje de Gordon Hayward y la operación que trajo a Kyrie Irving, con la partida en consecuencia del núcleo duro del proyecto iniciado hace cuatro años (Isaiah Thomas y Jae Crowder) dan cuenta del nivel y el talante de las decisiones tomadas por Danny Ainge.

Kyrie Irving y Gordon Hayward durante su presentación con los Boston Celtics

A sabiendas de que este tipo de operaciones son muy del estilo del dirigente (los riesgos son tan altos como los beneficios) a nadie le extraña que las incertidumbres generadas por ellas conlleven muchas expectativas.

“Esto no es un plan como si quisiéramos hacer un montón de cambios, parte de eso es manejar la plantilla y obtener jugadores que encajen en la cancha. Es solo construir un equipo”.

 

“No se trata de deshacerse de alguien o de traer caras nuevas a cambio, pero en el mundo que vivimos, uno tiene un límite salarial e impuestos de lujo y hay contratos cortos que acomodar”.

 

“Cuando yo jugaba, firmé un contrato por seis años. Ahora la mayoría de ellos son de cuatro años o menos. Es solo la naturaleza de nuestro negocio y no es ideal perder continuidad. Pero hay recompensa por ese nuevo comienzo. Lo que realmente importa es cómo ellos se acoplen o jueguen. Cómo dije, el tiempo será nuestro juez”.

La partida de Isaiah Thomas y Jae Crowder, (dos de los líderes más visibles del vestuario) plantean serias dudas con respecto a quién asumirá ese vacío. El base y el alero llegaron vía traspaso, pero asumieron rápidamente su papel de cabezas visibles del proyecto, acoplándose de manera inmediata al modelo de líder que le gusta y respeta la franquicia.

Solo cuatro jugadores sobreviven de la última final de conferencia, reconstruir las relaciones personales y de poder dentro del vestuario son de las cosas que más preocupan inmediatamente.

 «Tienes que dejar que estas cosas fluyan. No es bueno hablar de ello o predecir quiénes lo va a ser. Hay que dejar que se ganen quién lo va a ser (el líder). Parte de eso es ganar la confianza de sus compañeros de equipo y la confianza de su entrenador, como lo hicieron Isaiah y Jae. Eso es algo emocionante; hay una energía nueva y fresca al tener algunas caras nuevas alrededor y hay mucha emoción y optimismo, y es muy divertido estar aquí en este momento».

 

«Cuando adquirimos a Isaiah, nadie sabía que iba a ser este Isaiah. Cuando llegó, nadie sabía que iba a ser el jugador que fue el año pasado. Cuando trajimos a Jae Crowder en el traspaso de Rajon Rondo, nadie sabía quién era Jae Crowder. Sólo sabían que no jugaba mucho en Dallas”.

Todo es un proceso madurativo, y las certezas que se tenían hasta el año pasado hay que volver a forjarlas con un grupo nuevo. Los que sobrevivieron a este verano de movimientos, tienen que asumir nuevos roles, debido a que la nueva estructura es completamente diferente, y por ello, nuevas funciones y responsabilidades emergen tras la partida de aquellos que las cumplían.

«Creo que Terry [Rozier] y Marcus [Smart] están realmente listos para dar un paso al frente.  Con Jayson y Jaylen podemos ser un poco más pacientes, pero van a jugar un papel importante».

Ainge no quiere cargar con responsabilidades a Jayson Tatum, pero tiene que tener en claro que varias de las decisiones que él mismo tomó, repercutirán en las expectativas y las miradas que la prensa y los aficionados tendrán sobre el ex “Blue Devils”.

La comparación con Markelle Fultz estará a la orden del día durante años, y el hecho de caer en un equipo con pretensiones, forzará al novato a tener que ganarse los minutos y responder a las altas expectativas que se tienen. Hasta que punto el chico podrá manejar esta situación no se sabe, pero es algo con lo que tendrá que lidiar más allá de que Danny Ainge quiera quitarle responsabilidades:

«Veremos cuantos minutos se ganará Tatum. No estoy preocupado por cómo van a jugar cuando las luces se enciendan. Es poco probable que Jayson sea Novato del Año, porque seguramente procederá de un equipo que inicia con sus novatos y juega 35 minutos por noche».

Muchas preguntas y pocas respuestas por el momento. Veremos con el desarrollo del año como estas incertidumbres se van despejando y como los niveles de expectativas se van acomodando a una realidad que solo puede ser develada en la cancha. Por el momento todo es expectación:

“Estoy emocionado, sin dudas, como he dicho, puedes sentirlo. Se puede sentir la energía aquí en nuestro lugar de entrenamientos, puedes verla en los chicos que están probando para la [G-League], los que van a desempeñar papeles importantes en nuestro equipo este año, jóvenes y veteranos, lo pueden ver claramente la energía que existe por aquí, y eso es bueno. Es emocionante. Estoy con ganas de que empiece la temporada y ver cómo funciona todo».

 

Declaraciones extraidas del Boston Globe.

Foto: Keith Alison (cc)